Viviendo la discapacidad. Parte II: El siglo XXI tiene ventajas.

Hasta eso, tener una discapacidad en el 2020, no es tan malo... como antes.
Ahora que lo vivo, veo que comienza a haber una cultura de la inclusión.
Aunque es bien conocido que los mexicanos somos empáticos con el que sufre, era necesaria la institucionalización de la empatía, pues aunque siempre han habido personas con alguna discapacidad, me imagino que tener el mismo problema en el siglo XX, habría sido mucho mas difícil. 
De inicio como platiqué antes, la ventaja en el material de las muletas, pero sobre todo el hecho de que desde hace unos 20 años, comenzaran a existir instalaciones para la discapacidad. 
En TODOS los lugares donde he ido, he encontrado un lugar cercano a la puerta, para personas con discapacidad. 
En un centro comercial decidimos pasar a comprar solo un par de cosas, para no caminar tanto, pero siendo 2020, pude conocer los carritos eléctricos, y con ellos, fue bastante menos pesado, y pudimos hacer las compras mas en forma. Gracias a la tecnología, si, pero también al pensamiento de la inclusión de las personas con discapacidad. 
En el cine, hay lugares exclusivos para que las personas con discapacidad no subamos o bajemos escaleras (yo podía subir un par, asi que no las utilicé, pero ahí están).
En muchos lugares con escaleras para entrar, hay elevadores o rampas, porque subir escaleras con muletas, es un riesgo latente para irse hacia atrás y desnucarse. 
Los baños para personas con discapacidad, la posibilidad de tener un lugar mas amplio, con un tubo para sujetarse. 
Me he encontrado también con que me han cedido el lugar o el paso, me han abierto la puerta o  apoyado a subir y bajar de algún lugar, o me han dejado pasar con mi carrito eléctrico. 

Pero hay algo de lo que tenemos que hablar. 
Ya me habían dicho (y lo he visto en redes sociales), del linchamiento hacia los que ocupan (ocupamos) los lugares para personas con discapacidad. 
¡No se trata de que estén TODOS desocupados!
En términos generales, SIEMPRE  hay lugar, pero si me tocó ver gente con cara de fuchi que se esperaba hasta que veían que sacaba las muletas y me apoyaba en ellas, incluso con cara de decepción,  porque no me veían en silla de ruedas como "Clarita la de Heidi". 
Hay que hablar de esto. Está padrísimo que haya lugares para personas con discapacidad, pero NECESITAMOS creer mas en la gente. No todo es agandalle, casi siempre hay y tenemos que pensar que el auto que los ocupa, llevó personas con alguna (LA QUE SEA) discapacidad, o que si se baja alguien normal, probablemente va a recoger a alguien discapacitado, NECESITAMOS CONFIAR MAS EN EL OTRO. 
En estos tiempos de gente hipersensible, y con la piel muy delgadita. Es bueno confiar. 
CASI SIEMPRE hay lugar para el discapacitado. 
Respirar hondo y confiar en que si el lugar lo están ocupando, lo ocupa alguien con discapacidad.
En resumen, los lugares para discapscitados, es lo único que voy a extrañar. 


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